viernes, 23 de mayo de 2014

Formación religiosa en la escuela católica y la Catequesis



Siendo la escuela la más importante entre los medios de comunicación, ya que “a la vez que cultiva con asiduo cuidado las facultades intelectuales, desarrolla la capacidad del recto juicio, introduce en el patrimonio de la cultura conquistado por las generaciones pasadas, promueve el sentido de los valores, prepara a la vida profesional, fomenta el trato amistoso entre los alumnos de diversa índole y condición, contribuyendo a la mutua comprensión...” (Gravissimus educationis, n°5), podemos afirmar que la escuela católica también lo es.

En este sentido, Juan Pablo II, en el n°69 de su Exhortación Apostólica “Catechesi Tradaende” es bien claro al respecto. Hablando de la escuela católica, la formación en la fe y en qué es lo que la distingue, el Papa se pregunta: “¿Seguiría mereciendo este nombre (la escuela católica) si, aun brillando por su alto nivel de enseñanza en las materias profanas, hubiera motivo justificado para reprocharle su negligencia o desviación en la educación propiamente religiosa? ¡Y no se diga que ésta se dará siempre implícitamente o de manera indirecta! El carácter propio y la razón profunda de la escuela católica, el motivo por el cual deberían preferirla los padres católicos, es precisamente la calidad de la enseñanza religiosa integrada en la educación de los alumnos.”






“Más claro, echale agua...”, diríamos hoy... La enseñanza religiosa integrada en la educación de los alumnos es lo propio de la escuela católica. Muchas veces se puede caer en el tema de la libertad de conciencia o libertad religiosa. Al respecto, Juan Pablo II afirma: Si es verdad que las instituciones católicas deben respetar la libertad de conciencia, es decir, evitar cargar sobre ella desde fuera, por presiones físicas o morales, especialmente en lo que concierne a los actos religiosos de los adolescentes, no lo es menos que tienen el grave deber de ofrecer una formación religiosa adaptada a las situaciones con frecuencia diversas de los alumnos, y también hacerles comprender que la llamada de Dios a servirle en espíritu y en verdad, según los mandamientos de Dios y los preceptos de la Iglesia, sin constreñir al hombre, no lo obliga menos en conciencia.”



Es importantísimo en la escuela católica la formación en la fe. Para esta tarea, lo serán también los catequistas. ¿Cuál es la metodología propia en estos tiempos de transmitir la fe en esta sociedad? ¿Hay alguna específica?
El Card. Bergoglio, en su mensaje para el Encuentro Arquidiocesano de Catequistas (EAC) del año 1997, decía: “La única metodología catequética es el Verbo venido en carne. Él es el mensaje y Él es el método. Sí, también el método, porque de la misma contemplación del Verbo Encarnado surgen las pautas coherentes para demostrarlo, hablar de Él, anunciarlo. De lo contrario podríamos caer en la tentación de hacer una ‘ideología’ (es decir, un pensar sobre) de Jesucristo. Y la catequesis no es un pensar sobre Jesucristo, sino un enseñar para que el Jesucristo recibido en el anuncio kerigmático crezca en verdad y caridad.”
Se habla de una integración, de no caer en meras proposiciones, en un método de enseñar, memorizar, responder. Sino de integrarla en la vida, integrarlo en todos los aspectos...



Ocho años más tarde, en otro mensaje para el EAC, Bergoglio decía: “Si bien en algún momento de la historia de la iglesia se separó demasiado Kerygma y Catequesis, hoy deben estar unidos aunque no identificados. La catequesis deberá en estos tiempo de increencia e indiferencia generalizada tener una fuerte impronta kerygmática. Pero no deberá ser solamente Kerygma, si no a la larga dejará de ser Catequesis. Deberá gritar y anunciar: ¡Jesús es el Señor!, pero deberá también llevar gradual y pedagógicamente al catecúmeno a conocer y amar a Dios, a entrar en su intimidad, a iniciarlo en los sacramentos y la vida del discípulo...”
La una y la otra... Catequesis y Kerygma; Razón y fe... Formación y oración... Sin hacer tantas distinciones entre una y otra, que puedan ir de la mano. Al fin y al cabo, se trata de que todos conozcan a Jesús. Claro que respetando sus procesos y sus preguntas... pero siempre ayudándolos a caminar en la fe.
Para culminar, la declaración conciliar Gravissimus educationis en su n°8, sintetiza esta integración en la que estamos reflexionando. Dice:


“La presencia de la Iglesia en la tarea de la enseñanza se manifiesta, sobre todo, por la escuela católica. Ella busca, no es menor grado que las demás escuelas, los fines culturales y la formación humana de la juventud. Su nota distintiva es crear un ambiente comunitario escolástico, animado por el espíritu evangélico de libertad y de caridad, ayudar a los adolescentes para que en el desarrollo de la propia persona crezcan a un tiempo según la nueva criatura que han sido hechos por el bautismo, y ordenar últimamente toda la cultura humana según el mensaje de salvación, de suerte que quede iluminado por la fe el conocimiento que los alumnos van adquiriendo del mundo, de la vida y del hombre. Así, pues, la escuela católica, a la par que se abre como conviene a las condiciones del progreso actual, educa a sus alumnos para conseguir eficazmente el bien de la ciudad terrestre y los prepara para servir a la difusión del Reino de Dios, a fin de que con el ejercicio de una vida ejemplar y apostólica sean como el fermento salvador de la comunidad humana.” (Gravissimus Educationis n°8)


lunes, 12 de mayo de 2014

Aprender a ser

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Aprender a pensar

Alberto Manzi, docente italiano que, durante los años 60 enseño a leer y escribir (y así a pensar) a más de un millón de italianos a través de la televisión. 


"Nunca es demasiado tarde": la revolución de Manzi

"Manzi? Un revolucionario, casi un superheroe".
Lo dijo Claudio Santamaria, actor, durante la conferencia de prensa de presentación de la ficción "Nunca es demasiado tarde", dirigida por Giacomo Campiotti.
Será propiamente Santamaria quien interpretará al maestro Alberto Manzi, el conductor del historico programa de alfabetización de la RAI "Nunca es demasiado tarde" (1960-1968)

La transmición nació de la colaboración entre la RAI y el Ministerio de instrucción pública, para que los adultos analfabetos accedieran a conseguir el titulo de la escuela de primera enseñanza italiana. Necesitaban encontrar a alguien adecuado para conducir el programa.
La elección recayó sobre Manzi, maestro de primera enseñanza y escritor, que entró en la televisión temeroso, pero siempre generoso, como lo era con sus pequeños alumnos.

Se cuenta que para la prueba de transmición no quiso guiones, pero sí hojas y tizas, las mismas que después usó en su pizarrón, aquel con el que tuvo sus "lecciones electrónicas" que enseñaron a leer y escribir a un millón y medio de italianos.

Para "Nunca es demasiado tarde", la RAI organizó 2000 puntos de transmición en los oratorios, el las Casas de la cultura, en los bares. Se dice que así lo quiso Manzi, porque que la televisión quizás no estaba en todas las casas era evidente, pero seguramente no estaba en las casa de aquellas personas más excluídas, de las cuales el maestro quería combatir sobre todas las cosas "el frustrante sentimiento de inferioridad cultural."

Se trata de una historia especial, de un maestro especial, que también tuvo sus problemas por la ideas que sostuvo, como las referidas a las calificaciones, las cuales no ponía. El maestro Manzi sostenía que "hace aquel que puede, aquel que no puede no hace".

Manzi no se enojaba por las sugerencias sobre la clase, porque creía que la clase, como un equipo, debía animar el sentido crítico de cada uno, mucho más que las competencias. "La atención y las ganas de aprender de un chico deben ser conquistadas, no impuestas."

Además de estar atento a pensarse como una figura conciliadora entre sus alumnos, el maestro tenía un fuerte sentido de profesor, que debe saber ser un educador, y no concebir su propio trabajo solamente como una misión; sino también como una profesión intelectual, que debe desarrollarse con método y pasión.

"Espero que hayan entendido aquello que he buscado siempre hacerles comprender. No renuncien nunca a ser ustedes mismos. Sean siempre dueños de su propio sentido crítico y nada podrá someterlos. Y recuerden que yo me quedo aquí en el lugar de siempre. Pero si alguien quiere destruir su libertad, su generosidad, su inteligencia, yo estoy aquí, listo a recomenzar el camino juntos. Porque ustedes son parte de mí y yo de ustedes."(Alberto Manzi, carta a quinto grado)





Imagen de la ficción de la RAI, "Non e mai troppo tardi" (Nunca es demasiado tarde)



Aberto Manzi en el programa "Non e mai troppo tardi", transmitido entre 1960 y 1968




"Si la escuela es una escuela del 'hacer', del construir el propio saber a través de la experiencia, el 'estudiar' se convierte en la alegría de descubrir, y nada se transforma en 'pesadez', fastidio, aburrimiento."



Imagen de la ficción "Non é mai troppo tardi", 2014

El rol del maestro católico

Benedicto nos invita a reconocer que el fundamento para la educación de los maestros católicos es ni más ni menos que el Evangelio. 


Educar a los jóvenes en la justicia y la paz
(...)Quisiera presentar el Mensaje para la XLV Jornada Mundial de la Paz en una perspectiva educativa: Educar a los jovenes en la justicia y la paz", convencidos de que ellos, con su entusiasmo y su impulso hacia los ideales, pueden ofrecer al mundo una nueva esperanza (...). Se ha de transmitir a los jovenes el aprecio por el valor positivo de la vida, suscitando en ellos el deseo de gastarla al servicio del bien. Éste es un deber en el que todos estamos comprometidos en primera persona (...)
Que todo ambiente educativo sea un lugar de apertura al otro y a lo trascendente; lugar de dialogo, de cohesión y de escucha, en el que el joven se sienta valorado en sus propias potencialidades y riqueza interior, y aprenda a apreciar a los hermanos. Que enseñe a gustar la alegría que brota de vivir día a día la caridad y la compasión por el prójimo, y de participar activamente en la construcción de una sociedad más humana y fraterna.(...)
También a los jóvenes les corresponde una gran responsabilidad: que tengan la fuerza de usar bien y conscientemente la libertad. También ellos son responsables de la propia educación y la formación en la justicia y la paz.
(...)No podemos ignorar que ciertas corrientes de la cultura moderna, sostenida por principios económicos racionalistas e individualistas, han sustraído al concepto de justicia sus raíces trascendentes, separándolo de la caridad y de la solidaridad: "La 'ciudad del hombre' no se promueve sólo con relaciones de derechos y deberes sino, antes y más aún, con relaciones de gratuidad, de misericordia y de comunión. La caridad manifiesta siempre el amor de Dios también en las relaciones humanas, otorgando valor teologal y salvífico a otodo compromiso por la justicia en el mundo. 'Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos quedarán saciados' (Mt 5,6). Serán saciados porque tienen hambre y sed de relaciones rectas con Dios, consigo mismos, con sus hermanos y hermanas, y con toda la creación."
(...)La paz no es sólo ausencia de guerra y no se limita a asegurar el equilibrio de fuerzas adversas. La paz no puede alcanzarse en la tierra sin la salvaguardia de los bienes de las personas, la libre comunicación entre los seres humanos, el respeto de la dignidad de las personas y de los pueblos, la práctica asidua de la fraternidad. La paz es fruto de la justicia y efecto de la caridad. Y es ante todo don de Dios. Los cristianos creemos que Cristo es nuestra verdadera paz: en Él, en su cruz, Dios ha reconciliado consigo al mundo y ha destruido las barreras que nos separaban a unos de otros (Ef 2, 14-18); en Él, hay una única familia reconciliada en el amor.
(...)Queridos jóvenes, ustedes son un don precioso para la sociedad. No se dejen vencer por el desánimo ante las dificultades y no se entreguen a las falsas soluciones, que con frecuencia se presentan como el camino más fácil para superar los problemas. No tengan miedo de comprometerse, de hacer frente al esfuerzo y al sacrificio, de elegir los caminos que requieren fidelidad y constancia, humildad y dedicación. Vivan con con confianza su juventud y esos profundos deseos de felicidad, verdad, belleza y amor verdadero que experimentan. Vivan con intensidad esta etapa de su vida tan rica y llena de entusiasmo.
Consciente de todo esto, les envío estas reflexiones y les dirijo un llamamiento: unamos nuestras fuerzas espirituales, morales y materiales para educar a los jóvenes en la justicia y la paz. 


Benedicto XVI, mensaje de la celebración de la Jornada Mundial de la Paz, diciembre 2011 

lunes, 5 de mayo de 2014

“LAS EVALUACIONES”





A lo largo de la historia y en especial en los últimos tiempos se han presentado grandes preguntas sobre los métodos de evaluación que se presentan a los alumnos. Las llamadas pruebas “objetivas” tan criticadas hoy en día, nos hacen prever la posibilidad de un reduccionismo de los saberes del alumno y de sus conocimientos. Preguntas como ¿ sirven de algo las evaluaciones?, ¿Realmente se puede decir que este chico o chica aprendió lo dado en clase por alcanzar un puntaje tal en un examen? ¿ no expone el examen a la idea de aprobar o sobrevivir más que a la de aprender algo nuevo?. Por otra parte cuestiones no menos importantes sobre el efecto causante en la psicología de los niños o adolescentes con respecto al tema de la evaluación y los exámenes nos llevan a preguntas como ¿no exponemos a los niños o jóvenes a una presión muy grande? ¿ el fracaso de desaprobar habiendo estudiado no lo puede llevar al niño a sentimientos de frustración?. Tal vez las respuestas a las ultimas preguntas sean verdaderas, pero no obstante se nos presentarían otras personas diciéndonos, ¿ acaso la vida no te examina?, ¿el mundo laboral no te evalúa?, ¿el fracaso no es una experiencia que todos tarde o temprano debemos enfrentar?

Es por esto que nosotros queremos presentar distintas modalidades de evaluaciones. Basándonos en investigaciones y prácticas de Alicia Bertoni – Margarita Poggi – Marta Teobaldo, hemos profundizado en lo que hoy conocemos como tipos de evaluación alternativas.

 

No pretendemos ofrecer un paradigma distinto de evaluación pues no creemos tener el derecho de hacer experimentos con nuestros alumnos. Si, por nuestra parte, buscamos alcanzar la medida dentro de la cual, el alumno no apruebe sin aprender a pensar, no desapruebe sin merecerlo, no sea expuesto a presiones o frustraciones traumáticas, pero tampoco lanzado al mercado laboral sin la debida preparación para todo aquello que deberá enfrentar una vez terminado el colegio.

Por todo lo dicho atraves de propuestas realizadas en el mundo docente por personas como Carlos González y Rebeca Anijovich,  queremos presentar distintos modos de evaluación que nos permitan alcanzar los objetivos anteriormente enunciados.

Creemos por lo  tanto que la evaluación no merece ser utilizada como un instrumento meramente meditivo de los saberes del alumno. Si no que por su parte la evaluación (dado que tarde o temprano se le enfrenta a todo hombre y mujer) puede ser progresiva y eficaz para el saber del alumno.

Buscamos utilizar métodos de evaluación para el aprendizaje y como aprendizaje (no solo evaluaciones del aprendizaje) la evaluación para el aprendizaje permite al alumno sin ningún tipo de presión obtener orientaciones y sugerencias sobre su modo y proceso de adquirir conocimiento. A su vez le da la oportunidad de aprender por medio de la evaluación ya que lo expone a pensar y buscar respuestas.

 Sus errores entonces no serán fracasos o fiascos sino oportunidades de mejorar y aprender más. Que el alumno comprenda esto es vital, que el alumno entienda que su cerebro no es un don donde unos son inteligentes y otros no, sino una una semilla que crece hasta donde la regemos  y por tanto su error no será signo de incapacidad sino oportunidad de crecer, su error será poda necesaria para llegar aun mas alto.

En ultima instancia tras estos métodos de evaluación proponemos uno ultimo en cual ya si será evaluado en base a si responde o no a lo exigido. Sin embargo tenemos la confianza de no dejar que los alumnos lleguen a esta instancia sin la debida preparación y sin la seguridad de que su falla o error no será mas que una nueva oportunidad de profundizar y crecer.

 

 

 

Como puertas al proceso cognocitivo creemos en dos grandes propuestas:


 

Partir siempre del interés del chico, ya sea partiendo de su vida concreta como generando en el un interés por aquello que se le presenta. Sabemos que lo primero para esto es un docente apasionado, las pasiones se transmiten como el futbol, o la música, así también un profesor apasionado podrá brindarle a su alumno lo necesario para su aprendizaje no solo porque a el le gusta  sino porque también como a todo apasionado por algo no se rinde hasta no demostrar la riqueza de lo expuesto.


Un segundo método es el de utilizar a los mismos alumnos de profesores. Es decir, en el aula siempre habrá quien presente mayor interés por tal o cual cosa, también, el compañero sabe utilizar el lenguaje simple y cotidiano que su compañero requiere. Creemos que en la escuela todos somos profesores y alumnos, por esto queremos que los alumnos aprenden a compartir sus conocimientos, no solo porque podrá brindarle la explicación justa y el interés necesario que el profesor tal ve no supo transmitir; no solo porque aprenderá a ser mas solidario con sus conocimientos en vez de sentirse superior a otro (dado que entendemos el fracaso de un alumno como el fracaso de un grupo): sino porque también el mismo alumno deberá poner en palabras simples y concretas aquello que sabe (y todo aquel que sabe no sabe hasta que lo dice de manera sencilla).

 

Como herramientas para el aprendizaje y la evaluación presentamos el portfolio y las rubricas

El portfolio por su parte es una herramienta o un modo de acompañar al alumno de manera tal que tanto el mismo como el docente puedan llevar cuentas de cómo se está realizando el aprendizaje. Entendemos un “portafolio” como el informe o expediente donde el estudiante va depositando sus trabajos de forma individual o en grupo, sus reflexiones, sus experiencias... a la vez que el docente lo va evaluando y acompañando de forma interactiva en el proceso de autoaprendizaje.

Creemos que la educación es un camino que se camina de a dos, y este herramienta permite tanto la autorreflexión del profesor como del alumno.

Las rubricas por su parte les permiten a los profesores esclarecer sus fines o intenciones, y por tanto al alumno conocer cuáles son los puntos fuertes o de relevancia en los cuales será evaluado. De esta forma podrá llevar cuenta de cómo está realizando su aprendizaje y así optimizar en aquellos puntos necesarios.

Formato de una rubrica:

diseño de rubrica